Aquí tienes un artículo sobre el efecto negativo y destructor de las drogas, las llamadas blandas, sobre la vida de los jóvenes, tanto en el aspecto físico como psíquico. Su consumo y adicción termina destruyendo la vida de los que sucumben a ella. Desde este artículo queremos apostar por jóvenes responsables, maduros, comprometidos con el bien; alegres y felices, pero sin drogas que minen su salud y su personalidad. Aquí tenéis una historia real, el artículo entero está en el enlace anterior.
"Mi récord está en 20 porros al día", dice Susana."He vivido autoengañada nueve años. Los tres primeros por consumir cocaína. Cuando lo estaba superando, empecé con los porros para calmar la ansiedad y el estrés; hasta que encadené uno tras otro sin ser consciente del daño que me hacía. Así han sido estos últimos seis años. Mi récord está en 20 porros al día». La evasión inicial se convirtió en depresión, ansiedad, dejadez, violencia...
Así resume su historia la joven Susana Martín (nombre ficticio), casada y con dos hijos pequeños.
Su caso es un ejemplo más del incremento del consumo de esta sustancia y de los daños que ocasiona en los jóvenes. Prueba de ello es que, sólo en los últimos seis años, han crecido un 64% los pacientes atendidos por la Agencia Antidroga por su adicción a la marihuana.
«Borrachera sin resaca»
Asociada a diversión, esta sustancia está de moda y su consumo hace estragos entre los más jóvenes. Las razones de esta «epidemia» son: su precio, su accesibilidad y el que se la considere no sólo inocua sino terapéutica. Así, en la última década se ha doblado el consumo habitual (en el último mes) de porros en chavales de entre 14 y 18 años, según datos de la red regional que dirige Manuel Molina.
¿Sus efectos? Los de una borrachera sin resaca: euforia, evasión, confianza... "El falso bienestar cada vez dura menos y necesitas fumar más para obtener los mismos efectos", agrega Susana. De ahí que los 20 porros al día, se convirtieran en la norma. Y, con ello, su depresión y sus sentimientos de culpabilidad, que crecían, a medida que su adicción.
«Droga muy engañosa»
Su vida se convirtió en una especie de «montaña rusa»: arriba o abajo, en función de la dosis. Cuando se queda sin la «china», surge el «síndrome de abstinencia» y se siente frustrada, irritable, agresiva y violenta.
Tocó fondo cuando comprobó que su relación se iba a «pique»y tuvo que pedir ayuda. «Mi marido siempre ha estado ahí, pero ya no aguantaba más».
ACTIVIDAD:
1) Tienes que hacer un resumen de este artículo.
2) Inventa otro título para esta historia.
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