La guerra se está extendiendo, la política del miedo está ganando terreno, estamos acabando con nuestro planeta y el cambio climático amenaza nuestra propia supervivencia.
Y sin embargo, el poder de las mujeres crece cada día, la democracia e Internet se están extendiendo y la pobreza mundial se ha reducido a la mitad. Nunca antes la gente como nosotros ha tenido tanto poder para afrontar estos desafíos y decidir sobre nuestro propio destino.
Parece que nos debatimos en el límite entre los sueños más profundos y los miedos más arraigados, y nos enfrentamos a un dilema -- estar a la altura de este momento decisivo o dejarlo morir.
¿Seremos capaces de salir adelante? Podría, en parte, depender de nosotros. Ahora somos 40 millones de miembros, la mayor comunidad global de este tipo de la historia. Este otoño, fuimos millones de personas las que cambiamos las reglas del juego político en torno al cambio climático. Fue mágico. Tan increíble como los miles de miembros que se ofrecieron voluntarios para desplazarse a África a combatir el Ébola poniendo en riesgo su vida.
Y fuimos millones los que actuamos para proteger nuestros océanos y frustrar uno de los megaproyectos de Monsanto.
No dejo de escuchar lo mismo de boca de ciudadanos, medios de comunicación y políticos - estamos sembrando esperanza. Y la esperanza es lo que hace que gire el mundo. La esperanza es lo que nos permite seguir creciendo.
Donar ahora permite que nuestro equipo planifique de forma responsable, teniendo en cuenta los costos a largo plazo, tales como nuestro pequeño pero extraordinario equipo, nuestro sitio web y la tecnología que utilizamos, así como la seguridad de nuestros sistemas (¡esto puede ser costoso cuando nuestras campañas se enfrentan cara a cara con siniestros personajes tremendamente poderosos!). También nos brinda la posibilidad de responder inmediatamente a distintas crisis justo cuando suceden y de movilizarnos en torno a aquellas oportunidades que van surgiendo, sin perder un minuto.
Si 20.000 de nosotros nos comprometemos a donar, nuestra comunidad podría ampliar todo nuestro trabajo el próximo año, ayudando a salvar vidas durante emergencias humanitarias, a proteger el medio ambiente y la naturaleza, a apoyar la democracia y luchar contra la corrupción, a promover iniciativas para la paz y a combatir la pobreza.
Donar a Avaaz tiene un doble impacto porque nuestras donaciones no solo contribuyen a impulsar cambios sociales fortaleciendo el impacto de campañas específicas, sino que cada contribución ayuda a seguir construyendo nuestra comunidad, lo que a su vez aumentará nuestra capacidad para traer el cambio durante las próximas décadas. Es una inversión en el futuro de nuestros hijos y de nuestro planeta con resultados tanto a corto como a largo plazo.
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